La noticia que ha dado la vuelta al mundo en las últimas horas es referente al fallecimiento del Papa Juan Pablo II, quien después de una larga agonía finalmente murió el dia de ayer.
Aunque en estos momentos me encuentro en casa de mis papás, no quise dejar pasar la oportunidad de comentar sobre esta triste noticia.
Independientemente de haber sido la cabeza del catolicismo, una de las religiones con más seguidores en el mundo; el Papa Juan Pablo II fue y será siempre un hombre digno de respeto y reconocimiento, quien viajó por todo el mundo llevando un mensaje de paz y sabiduría para todos, sin importar raza, edad, idioma o incluso religión.
En cinco ocasiones tuvimos el honor de recibir su visita, era impresionante ver cómo se reunía la gente para estar con el, y no era como en el caso de los políticos que tienen que acarrear gente, o darles una torta y un refresco para que vayan a algún lugar; la gente iba con el Papa porque así quería, porque mucha gente lo quería, y lo admiraba.
Hoy todo el mundo está de luto, la humanidad ha perdido a un gran hombre, y como tal se le ha reconocido, para muestra está que los mensajes de condolencias no sólo vienen de representantes del clero, sino de muchos gobernantes e incluso dirigentes de otras religiones (ver mensajes), eso demuestra la calidad de Juan Pablo II, un hombre digno de admiración por todo lo que hizo por este mundo que cada día está más de cabeza.
Desde que me enteré de que su estado de salud había empeorado hace un par de días, traté de estar al pendiente, por lo menos desde la web, ya que en la oficina es algo complicado el poder escuchar radio o ver la tv.
En lo personal, yo admiro mucho a Juan Pablo II, por lo que ya he mencionado, y no cambiaré la imágen que tengo de él, como un viejito bondadoso y sabio, mensajero de la paz, consejero de la juventud, defensor y amante de la vida, además de ser un claro ejemplo de lo que es capaz una persona de resistir tanto sufrimiento tanto moral como físico; no me alcanzan los adjetivos para describir a este gran hombre que ha dejado un enorme vacío en la humanidad.
Para terminar esta nota, no me resta más que expresarle mi más profundo agradecimiento y reconocimiento, asi como desearle que donde sea que se encuentre ahora, encuentre la paz y el descanso que tanto merece... hasta siempre Juan Pablo II.
Independientemente de haber sido la cabeza del catolicismo, una de las religiones con más seguidores en el mundo; el Papa Juan Pablo II fue y será siempre un hombre digno de respeto y reconocimiento, quien viajó por todo el mundo llevando un mensaje de paz y sabiduría para todos, sin importar raza, edad, idioma o incluso religión.
En cinco ocasiones tuvimos el honor de recibir su visita, era impresionante ver cómo se reunía la gente para estar con el, y no era como en el caso de los políticos que tienen que acarrear gente, o darles una torta y un refresco para que vayan a algún lugar; la gente iba con el Papa porque así quería, porque mucha gente lo quería, y lo admiraba.
Hoy todo el mundo está de luto, la humanidad ha perdido a un gran hombre, y como tal se le ha reconocido, para muestra está que los mensajes de condolencias no sólo vienen de representantes del clero, sino de muchos gobernantes e incluso dirigentes de otras religiones (ver mensajes), eso demuestra la calidad de Juan Pablo II, un hombre digno de admiración por todo lo que hizo por este mundo que cada día está más de cabeza.
Desde que me enteré de que su estado de salud había empeorado hace un par de días, traté de estar al pendiente, por lo menos desde la web, ya que en la oficina es algo complicado el poder escuchar radio o ver la tv.
En lo personal, yo admiro mucho a Juan Pablo II, por lo que ya he mencionado, y no cambiaré la imágen que tengo de él, como un viejito bondadoso y sabio, mensajero de la paz, consejero de la juventud, defensor y amante de la vida, además de ser un claro ejemplo de lo que es capaz una persona de resistir tanto sufrimiento tanto moral como físico; no me alcanzan los adjetivos para describir a este gran hombre que ha dejado un enorme vacío en la humanidad.
Para terminar esta nota, no me resta más que expresarle mi más profundo agradecimiento y reconocimiento, asi como desearle que donde sea que se encuentre ahora, encuentre la paz y el descanso que tanto merece... hasta siempre Juan Pablo II.
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